L’Arpeggiata y Philippe Jaroussky en Guanajuato

El día de ayer, 27 de octubre de este año, se presentó en el Teatro Juárez de la ciudad de Guanajuato, en el marco del la 38a edición del Festival Internacional Cervantino, la presentación de uno de los ensambles de música antigua más interesantes y destacables de hoy en día: L’Arpeggiata al lado de uno de los contratenores más solicitados (sino es el que es el más) del momento (y favorito de éste blog, porqué no): el francés Philippe Jaroussky. La sola combinación de estos nombres emociona a más de uno.

Comienzo por el ensamble L’Arpeggiata, dirigido por Christina Pluhar quién además ejecuta la tiorba y la guitarra barroca. La reputación de esta agrupación como uno de los más activos en la difusión del repertorio renacentista fue casi palpable, con la maestría de sus miembros, cada uno en sus propios instrumentos, deleitando al público al ritmo de ciacconas, moriscas, etc.

L’Arpeggiata siempre se ha distinguido por hacer uso de la improvisación, tan típica de aquellos tiempos que con su esfuerzo logran traer ante nosotros, y aunque no faltaron los toques jazzísticos a los que suele recurrir (y que quizá a más de un purista le puede parecer desagradable), indudablemente las palmas dedicadas a todos ellos, han sido muy merecidas.

L’Arpeggiata se integra de la siguiente manera:

Christina Pluhar – Tiorba, guitarra barroca
Eero Palviaien – Archilaúd, guitarra barroca
Marcello Vitale – Guitarra batiente
Verónika Skuplik – Violín barroco
Doron Sherwin – Corneta
Margit Überllacker – Salterio
David Mayoral – Percusión
Haru Kitamika – Clavicébalo y órgano positivo

Ayer, su servidor pudo comprobar algo que intuía ya desde antes: además de un estupendo cantante, Philippe Jaroussky es un excelente músico y posee el carisma para ganarse al público, un carisma tan grande que ni los varios videos circulantes en internet logran hacer justicia a esa sencillez y empatía que logra para con su público, creando no solo un ambiente de intimidad, sino de cercanía con el prestigiado cantante.

Creo que existe muy poco que no se haya dicho de la voz de Jaroussky: voz hermosa, de una pureza perfecta, afinada en todo momento. Efectivamente, no es muy grande en cuanto a volumen, sin embargo, compensa dicho «defecto» (sí es que lo es) con una musicalidad innata, una comprensión absoluta del repertorio en su estilo (renacentista) y de lo que su voz puede hacer en él. Conviene recordar que esta música fue escrita, a manera general, durante el siglo XVII, dónde dichos divertimentos musicales no se construían para grandes masas (más bien, exclusivo de las cortes) y no existía una orquesta ni definida ni grande, por lo cual es comprensible que no haga uso de toda su voz.

El repertorio de acuerdo al programa impreso, es el siguiente, aunque con algunas modificaciones:

Monteverdi – Orfeo: Overture
Strozzi – L’Eraclito Amoroso *
Cazzati – Ciaconna
Sances – Preso l’onde tranquillo *
Improvisación – Tarantella napoletana
Monteverdi – Ohimé! Ch’io cado *
Bertali – Ciaconna
Vitale – Tarantella a Maria di Nardo
Kapsberger – L’Arpeggiata
Monteverdi – L’incoronazione di Poppea: Adagiati Poppea… Oblivion soave *
Melii – Despiegate, guancie amate *
Vitale – Moresca
Mealli – La Vinciolina
Monteverdi – Si dolce è’l tormento *
Monteverdi – Damigella, tutta bella *
Anonymous – Ninna, nanna *
Improvisación – Tarantella italiana
Monteverdi – Laudate Dominum *

Cada una de sus intervenciones fue braveada, al menos dónde era posible hacerlo, cuando no, solo bastaban los suspiros del público para dar a demostrar que su voz, su arte y la música habían entrado por sus oídos. Quizá también en algún lugar más profundo.

El público mexicano siempre se ha distinguido por ser muy caluroso y entregado, y en ésta ocasión no fue diferente, lo que hizo que los músicos y el cantante salieran a saludar en repetidas ocasiones, y que nos ofrecieran cuatro propinas, dos de ellas cantadas en un muy entendible español, lo que desató la euforia y el braveo del público a estos magníficos artistas.

Monteverdi – Ohimé! Ch’io cado *
Piazzolla – Los pájaros perdidos *
Gragnaniello – Ciaccona del Inferno e del Paradiso *
Hidalgo – El guapo *

Afortunadamente, las colaboraciones entre el contratenor y L’Arpeggiata son muy comunes. Han realizado dos placas (Teatro d’amore y Via Crucis) y cuando las agendas lo permiten, comparten el escenario, como podrá verse el día de mañana (29), cuando suban al prestigiado escenario del Carnegie Hall en Nueva York, lo que representa su última función juntos por este año.

Realmente me sorprende ver la aceptación y entusiasmo que genera éste tipo de espectáculos en el público mexicano, siempre habituado a las mismas cosas de siempre: Repertorio monótono (el Pucciverdi del que nunca salimos), mismos cantantes (son pocos los que destacan), etc. Sin afán de menospreciar, me parece que es hora de que el público mexicano reciba una oferta más variada en cuanto a repertorio, cantantes y orquestas o ensambles y no nos estanquemos en el repertorio de siempre. Sería interesante que los gestores culturales o aquellas personas que les corresponda encausaran sus esfuerzos por traer a más cantantes y ensambles de talla internacional, de todos los estilos que uno pueda imaginar. Aunque el favoritismo, el excesivo nacionalismo y la reducción de presupuesto dedicado a la cultura impiden que esto ocurra. 

Published in: on octubre 29, 2010 at 8:40 am  Comments (9)  

Natalie Dessay

Cuando aún estaba conociendo los diferentes tipos de voces, tesituras y demás, me topé con la tan llamada «soprano ligera». Esa sorprendente habilidad tan propias para las sopranos ligeras para hacer sobreagudos, trinos, pases, melismas, etc. siempre me fascinó (¿qué quieren?, soy muy de sopranos), así que comencé a investigar nombres de ligeras (sopranos) y algunos videos. A Natalie Dessay la descubrí, ya hace algo de tiempo, cantando las Coplas de Olympia, de Les Contes d’Hoffmann de Offenbach, y admito que quedé maravillado, tanto, que sigue siendo mi «muñeca» favorita.

Nathalie Dessaix, su verdadero nombre, comenzó su carrera artística lejos de la lírica. Ella quería ser inicialmente bailarina, y después, actriz. Fue la casualidad lo que la llevó a decantarse por la ópera, al descubrir su potencial vocal en algunas lecciones de canto. Probó suerte en el conservatorio de Burdeaux, llevando sus estudios en forma meteórica, graduándose a los 20 años. Gracias a su participación (y obtener el segundo lugar, porqué no) en un concurso realizado por una empresa de medios, logró continuar sus estudios en la Opèra de Paris, donde hace su debut como solista en Il Re Pastore de Mozart, mismo que le permite aparecer en otros escenarios de Europa, gracias a Thérèse Cédelle (su agente desde entonces).

Natalie obtuvo sus primeros triunfos con papeles que no le permitían el gran lucimiento dramático (con excepciones) que ella deseaba, teniéndose que conformar con hacer piruetas vocales que le costaban tanto como el tomar un vaso de agua. Han sido Olympia de Les Contes d’Hoffmann de Offenbach y La Reina de la Noche de Die Zauberflöte de Mozart sus papeles insignia desde el principio, junto con Lakmé y la Zerbinetta straussiana. Fueron estos roles, entre otros, los que le abrieron las puertas de las grandes mecas operísticas como la Staatsoper de Viena, Covent Garden, La Scala de Milán, la Metropolitan Opera y un largo etcétera, y trabajar con prestigiados directores como Claudio Abbado, James Levine o Christian Thielemann.

En su busqueda por papeles en los que pudiera demostrar su valía como actriz-cantante, y posteriormente también a un terrible problema de un nódulo en sus cuerdas vocales que la obligó a retirarse en dos ocasiones de los escenarios, Dessay hace un replanteo de su repertorio, pasando al belcantista y romántico francés. Ejemplos son sus interpretaciones como Amina en La Sonnambula, Manon de Massenet, Juliette de Roméo et Juliette de Gounod y las Lucia y Marie donizettianas. Probablemente, algunos papeles aún le estarían vedados.

Su repertorio abarca papeles en óperas en variados los estilos y compositores, desde la Morgana de la Alcina de Händel, pasando por la Konstanze de Die Entführung aus dem Serail, llegando a la Violetta de La Traviata y Musetta de La Bohème de Puccini, sin embargo, por lo cual es casi imposible etiquetarla en algún compositor. Ello también se debe a su reticencia a cantar un papel más allá de 70 veces en escena, bajo el argumento de no caer en la rutina.

Natalie es heredera de una tradición de sopranos ligeras francesas con agudos estratosféricos, entre las cuales encontramos nombres como Lily Pons, Mado Robin y Mady Mesplé. A raíz de sus problemas vocales, dos cirugías y el proceso de reeducación de su voz, Dessay pierde su asombrosa capacidad para alcanzar dichos sobreagudos, aunque gana seguridad en las zonas media y grave de su registro. Afortunadamente, mantiene un notable volumen, algo no común en sopranos ligeras.


A manera personal, Dessay me parece una cantante fascinante. Agradezco mucho que el cantante en cuestión no solo se comprometa a cantar lo que la partitura le exige, sino que también se comprometa con la psicología y acción de los personajes que interpreta, algo que la francesa siempre trata de hacer. Gozo mucho con sus interpretaciones en Lucia di Lammermoor y Marie de Le Fille du Regiment de Donizetti, Zerbinetta de Ariadne auf Naxos de Strauss, Manon de Massenet, Amina de La Sonnambula de Bellini y Ophèlie de Hamlet de Thomas, probablemente su mejor creación. Es muy posible no sea la gran cantante de nuestro tiempo, sin embargo no puede dejarse de largo una voz como la suya.

 

Les dejo un par de recitales con orquesta en vivo de Dessay (no me pregunten nombres de orquesta, director, año y lugar de los mismos, porque realmente los desconozco). El primero, con arias mozartianas de óperas como Die Zauberflöte y Die Entfuhrung aus dem Serail. El segundo, con arias románticas francesas, como Roméo et Juliette, Manon y Hamlet; atención especial en ésta última, que es la escena de la locura de Ophèlie, dónde reafirmo que Dessay es quizá la mejor intérprete de éste complejo personaje. Deseo que los gocen tanto como yo.

Descarga

Published in: on octubre 25, 2010 at 3:56 am  Comments (2)  

Las torturas del poder – Boris Godunov en directo desde la MET Opera

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El día de hoy (23 de octubre) se ha realizado la segunda transmisión de ópera desde la MET Opera de Nueva York al Auditorio Nacional. Tocó el turno a una de esas óperas que a pesar de ser auténticas creaciones magistrales del ingenio humano, no gozan de un lugar privilegiado en las carteleras de los grandes teatros del mundo (Con excepción del Mariinksy y otros teatros rusos): Boris Godunov de Modest Mussorgsky, versión de 1872.

En realidad, este es uno de los títulos operísticos menos escuchados que tengo dentro de mi acervo personal, y no es porque sea aburrida, carente de encanto o demás adjetivos que ustedes gusten y manden, en realidad es culpa mía de estar acostumbrado a los trinos, staccatos y otros artilugios vocales, generalmente en italiano, francés y a últimos tiempos en alemán, entre otras manías que uno tiene, pero estoy luchando por remediarlo.

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La ficha va como sigue:

Princesa Marina: Ekaterina Semenchuk
Xenia: Jennifer Zetlan
Nodriza: Larisa Shevchenko
Feodor: Jonathan A. Makepeace
Grigory: Aleksandrs Semenchuk
Principe Shuisky: Oleg Balashov
El loco bendito: Andrey Popov
Rangoni: Evgeny Nikitin
Boris Godunov: René Pape
Pimen: Mikhail Petrenko
Varlaam: Vladimir Ognovenko

Producción: Stephen Wadsworth
Dirección musical: Valery Gergiev

Como lo señalé antes, Boris Godunov no es una ópera dónde los cantantes tengan que hacer gala de agilidades vocales y otros ornamentos, sus exigencias en la partitura son de otro tipo, sin contar con la difícil tarea que debe ser cantarlo en el idioma original (ruso). No es extraño que los cantantes del reparto sean en su mayoría de esas latitudes.

La gran estrella de la función ha sido sin lugar a dudas René Pape. No solo alto destacable vocalmente, sino que también es un gran actor. Boris es un personaje que además de requerir gran profundidad vocal, ofrece una gran oportunidad de lucimiento histriónico a quién se atreva con él, pasando de la clemencia a la demencia. Reconocible su monologo del segundo acto y la gran escena del último acto. Con su interpretación, el alemán se reafirma como uno de los mejores (sino es que el mejor) exponentes de su cuerda en la actualidad.

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Otro que merece el triunfo y que ha llamado fuertemente mi atención (porque es la primera cosa que le escucho entera) es Aleksandrs Antonenko, mostrando un timbre agradable, con algunos tintes oscuros muy interesantes. Desconozco sus interpretaciones en otros roles, pero como Grigory (o el falso Dmitri) hace una creación estupenda.

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La voz de Ekaterina Semenchuk me parece agradable y seductora, sólo que yo prefiero a una Marina más «asopranada» (manías que tiene uno), a pesar de ser un papel relativamente corto y de poca importancia, sin embargo, es la única responsable de que exista una sub-trama amorosa dentro.

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El resto a la altura, con mención especial para Andrey Popoy cuya interpretación fue más histriónica que vocal, que fue de los más aplaudidos, junto con Mikhail Petrenko.

La producción en general es interesante, sin embargo, yo esperaba un poco más de opulencia, al menos durante la escena de coronación. Generalmente cuando pienso en la Rusia del siglo XVI, se me vienen a la mente algo como la película «Iván el Terrible» de Eisenstein (de nuevo, manías de uno). Parte del éxito se debe en gran medida a la conducción de Valery Gergiev, que hizo sonar a la orquesta «todo-terreno» de la MET Opera casi rusa. Reconocimiento aparte merece el coro de la MET que interviene en mucho en ésta ópera.

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La próxima transmisión está programada para el 13 de Noviembre, con una comedia simplona belcantista: Don Pasquale de Donizetti. Protagonizan John del Carlo en el rol principal, Matthew Polenzani como su sobrino Ernesto, Mariusz Kwiecien como el doctor Malatesta y Anna Netrebko como su hermana caprichosa Norina.

Published in: on octubre 24, 2010 at 10:57 am  Comments (4)  

Wagner goes to technology – Das Rheingold en directo desde la MET Opera

A mi me gusta mucho ir a las transmisiones en HD que se hacen desde la MET Opera de Nueva York al Auditorio Nacional. Por tercer año consecutivo, el Auditorio Nacional abre sus puertas para transmitir parte de la fastuosa (y obviamente extensa) temporada operística del teatro lírico neoyorquino más importante: la Metropolitan Opera House. En esta ocasión, la temporada abre con Das Rheingold de Wagner.

Antes de dar paso a mis humildes comentarios, me gustaría aclarar que yo no soy ni un acérrimo wagneriano y que me falta mucho para comprender en su totalidad esta magna obra que se titula Der Ring des Nibelungen. Conozco pocos títulos de la obra de Richard Wagner, sin embargo, creo que no eso no me impide dar un pequeño punto de vista (totalmente subjetivo) acerca de lo que pude ver y escuchar el día 9 de octubre.

La ficha va como sigue: 

Freia: Wendy Bryn Harmer
Woglinde: Lissette Oropesa
Wellgunde: Jennifer Johnson
Flosshilde: Tamara Mumford
Fricka: Stephanie Blythe
Erda: Patricia Bardon
Loge: Richard Croft
Froh: Adam Diegel
Mime: Gerhard Siegel
Donner: Dwayne Croft
Wotan: Bryn Terfel
Alberich: Eric Owens
Fasolt: Franz-Josef Selig
Fafner:Hans-Peter König 

Producción: Robert Lepage
Dirección Musical: James Levine

En cuanto a las voces no puedo decir mucho, en realidad, creo que carezco de la autoridad y veracidad necesaria para comentar acerca del auténtico canto wagneriano, no sé si realmente los cantantes tenían la voz necesaria o si cantaban en el estílo correcto. Cierto es que Bryn Terfel se ha movido más a la parte oscura del repertorio de su cuerda (bajo-barítono) y ofreció un muy interesante Wotan, aunque yo prefiero un Wotan con voz más profunda, le da un toque más señorial. Se ha dicho que en Das Rheingold hablamos de un Wotan relativamente joven (no sé que tanto), pero definitivamente prefiero una voz más robusta para éste papel. El Loge de Richard Croft a mi gusto, ni malo ni bueno, cuenta con la intención del personaje, sin embargo algo no me convenció del todo. Quien definitivamente se llevó las palmas (y muy merecidamente) fue el bajo Eric Owens, interpretando un Alberich colérico, vengativo y algo patético, un color de voz más que interesante y realmente volcado en su personaje (lo que servidor agradece profundamente). Mención especial merecen las señoras Stephanie Blythe y Patricia Bardon. El resto del reparto muy cumplidor. Destacable el esfuerzo del maestro James Levine, dirigiendo su orquesta con tal maestría que no hacía desmerecer frente a otras que son especializadas en el repertorio, enhorabuena por el maestro, que realiza su temporada número 40 en éste escenario.

Visualmente hablando… ¡Impresionante! Desde hace algunos años la tecnología ha tenido un papel más importante dentro de las puestas en escena, aquellas que aún son de cartón y piedra son miradas como rarezas típicas de escenarios pequeños o producciones anticuadas, y el uso de los recursos tecnológicos en historias de este calibre son un auténtico acierto (bien manejados y justificados, desde luego). Y es que no hay ningún detalle objetable en cada una de las escenas: las hijas del Rin, suspendidas por arneses y simulando que flotan en la corriente, la estancia de los dioses, la bajada al Nibelhelm y la entrada al Valhalla son realmente impagables. El elemento principal de la puesta es una especie de pantalla omnipresente dónde son proyectados tanto piedras de rio, nubes y cuevas y que además sirve como escalera o fortaleza. Vestuario adecuado para los personajes, haciendo algunos homenajes a los vestuarios de otras grandes puestas de la tetralogía. Es innegable que Robert Lepage ha hecho un esmerado trabajo en ésta su primera producción wagneriana en la MET Opera, veamos que es capaz de hacer para Die Walküre a estrenarse el año que viene y el resto de las jornadas programadas para las siguientes temporadas.

Un agradable sabor de boca me ha dejado ésta función, sin mayores sobresaltos, maravillado por lo visto y agradecido de que éstas producciones sean visibles en varias partes de México, ya que facilitan el acceso a gente que hasta hace poco era ajena a la lírica y que ahora acude entusiasmada a las transmisiones, aunque algunos solo vayan a dejarse ver con las amistades o definitivamente, a dormir.

Ansioso por la transmisión del siguiente título. Se trata de un Boris Godunov, en nueva producción de Stephen Wadsworth, con la dirección musical del maestro especialista en repertorio ruso Valery Gergiev, con René Pape en el papel principal, acompañándolo Ekaterina Semenchuk como Marina y Aleksandrs Antonenko como Dimitri.

Hasta entonces.

Published in: on octubre 12, 2010 at 10:40 am  Comments (3)  

Descanse en paz Joan Sutherland

El día de hoy me entero de la noticia del deceso de una de las cantantes con una de las voces líricas más bellas y puras que haya dado la naturaleza: Joan Sutherland.

La prima donna australiana, falleció a los 83 años en su casa en Suiza, en las primera horas del 11 de Octubre, de una manera pacífica, aunque después de una larga enfermedad.

Realmente es una triste noticia, y sin embargo también es un inevitable suceso. Ello no impide que los amantes de la lírica lamentemos y lloremos su muerte. Y es que es gracias a ella que muchos vieron y vivieron una edad de oro dentro de la ópera que otros ya habían comenzado. El resto de los mortales que hemos tenido que comformanos con su escucha o vista en grabaciones en audio o video solo podemos quedarnos con eso, con sus testimonios vocales.

Personalmente, es gracias a ella que he aprendido mucho de lo poco que sé de la lírica. Esa impecable técnica, esa voz tan pura y esa manera de hacer tan suyos papeles que habían caído en el olvido. A ella debemos (y también a otras cantantes) el interés y re-descubrimiento de la ópera barroca, entre otras muchas otras cosas que ésta dama ha hecho por y para la lírica.

Importantísima Norma, grandísima Lucia di Lammermoor, súblime Violetta Valéry, destacable Lakmé, resignada Maria Stuarda, apabullante Esclarmonde, virtuosa Donna Anna, simpatiquísima Olympia, terrible Lucrezia Borgia, virginal Elvira, ensoñadora Amina, cruel Semiramide; así han sido todos y cada uno de los tantos papeles que ella interpretó, y sin embargo, solo el sobrenombre de La Stupenda, como era conocida también, puede describir la belleza de su arte entero.

¡Descanse en paz, Stupenda!

Published in: on octubre 12, 2010 at 3:54 am  Comments (1)  

Esclarmonde de Massenet

Así como existen óperas que son representadas en todo el mundo de manera casi obsesiva y que forman parte de la elección del público, existen otras que desgraciadamente no entran dentro de ese selecto grupo denominado «óperas de repertorio». Las razones pueden ser distintas, pero una de ellas, que es muy importante y a la vez preocupante, es la falta de voces capaces de hacerles frente. Existen papeles incantables e imposibles que son condenados al olvido, al menos, hasta que aparezcan los cantantes que puedan hacer justicia a tan difíciles partituras. Tal es el caso de Esclarmonde, ópera de un prólogo, cuatro actos y un epílogo compuesta por Jules Massenet.

La premisa de éste título es meramente fantasioso. Esclarmonde, la nueva emperatriz de Bizancio, permanece recluida en palacio cubriendo su rostro con un velo hasta que se case. Ella está enamorada del caballero Roland, y dada su imposición de permanecer encerrada, utiliza sus poderes mágicos para visitarlo por las noches (casi a manera de súcubo). Roland y ella se encuentran a menudo en las noches, y el caballero termina confesándolo al obispo de Blois, y como buen hombre de fe, expulsa a Esclarmonde de la habitación del caballero y la hechicera le reprocha su traición. Phorcas, padre de Esclarmonde, reprende a su hija y le obliga a decidir entre su felicidad con el caballero o la vida, así que renuncia a él. Tiempo después se celebra un torneo, y el vencedor obtendrá como premio la mano de la joven emperatriz, y el vencedor no podía ser de otro modo que Roland, quién primero se niega, pero después acepta al reconocer en la emperatriz a su amada.

Esclarmonde es quizá la ópera francesa más wagneriana, si es que se puede permitir semejante combinación de adjetivos. Massenet asoció diversos motivos musicales a algunas ideas y personas dentro de su obra (el interior de la catedral, la aparición de los espíritus, etc), que recuerdan mucho al uso del leitmotiv por Wagner; con una orquestación que puede valorarse como más densa en comparación con otras obras suyas, también suprime el acostumbrado ballet tan habitual en la grand-opéra. Sin embargo, mantiene el colorido de una típica ópera francesa.

Vocalmente, atesora muy bellos momentos desgraciadamente no muy conocidos, todos ellos muy exigentes realmente exigentes. El de mayor popularidad (si es que la tiene) es el aria de la invocación ‘Esprits de l’air, esprits de l’onde… Roland!’. Esclarmonde convoca a los espíritus elementales para que cumplan su voluntad y la lleven hasta Roland, asistida por su hermana Parsèïs. Es aquí dónde podemos ver las exigencias extremas a las que debe enfrentarse la cantante en cuestión.

ESCLARMONDE
Esprits de l’air! Esprits de l’onde! Esprits du feu!
Hatez-vous d’accomplir le veu d’Esclarmonde!
Entendez ma voix!
A mes yeux faites paraître
celui que je veux connaître,
celui pour qui br6le mon étre!
Roland, comte de Blois!
Esprits de fair! Esprits de l’onde!
Esprits du Feu! Obéissez-moi!

VOIX LOINTAINES
Roland! Roland! Roland!

ESCLARMONDE
C’est lui! Le voilà!

PARSEIS
0 prodige! Il m’apparait aussi!

ESCLARMONDE
Dans la forét des Ardennes chasse le roi Cléomer!

ESCLARMONDE, PARSEIS
On court! On court!
Des clameurs lointaines montent dans l’air!
Sonne, sonne, ô cor,
ton chant superbe!
Sonne, sonne, ô cor!
Roland, le fier chevalier,
a déjà couché sur l’herbe
le sanglier!
Sonne ta fanfare, ô cor!

PARSEIS
Car voici qu’un cerf blanc passe!

ESCLARMONDE
Un cerf couronné d’or!

PARSEIS
Mais Roland se précipite…

ESCLARMONDE
Le cerf franchit le hallier,
entrainant bien loin, bien vite le chevalier!

PARSEIS
Bien loin!

ESCLARMONDE
Bien loin!

PARSEIS
Sonne ta fanfare, ô cor! etc.

ESCLARMONDE, PARSEIS
Ah! Sonne! Sonne! Sonne ta fanfare, 6 cori

PARSEIS
Ah! Tout change soudain! Quel est ce lieu sauvage?
La mer!

ESCLARMONDE
La mer!

PARSEIS
Le Héros étonné s’est arrété sur le rivage.
Un navire parait!

ESCLARMONDE
Un navire parait!

PARSEIS
Et Roland entrainé
monte sur le vaisseau docile!

ESCLARMONDE
Il vient! Esprits de l’onde!
Vers cette île où l’attend un époux
portez aussi la trop heureuse Esclarmonde!
Adieu, Parséis, ô soeur qui m’es chère!
Je te quitte pour un époux!
Mais quand reviendra la lumière,
Je reparaitrai parmi vous!
Esprits de fair! Esprits de l’onde! Obéissez-moi!

Precioso resulta el segundo acto, que es prácticamente un dueto entre la soprano y el tenor, con una orquestación tan rica y coros acompañando el idilio de los personajes.

Ya en el tercer acto, Esclarmonde visita de nuevo a Roland en su celda. Sin embargo, la hechicera no contaba con la presencia del obispo de Blois (y su astucia) que creyéndola un demonio, realiza un poderoso exorcismo.

Una vez que el obispo de Blois realiza el exorcismo, Esclarmonde reprocha a Roland su traición, advirtiéndole que jamás volverán a verse.

Regarde-les, ces yeux plus purs que les étoiles!
Regarde-les, ces lèvres et ce corps!
Regarde-le, ce corps que ta faute a perdu sans retour!
Il ne t’a pas suffi de posséder dans l’ombre
l’épouse qui t’offrait des voluptés sans nombre!
Tu veux la contempler! Sois heureux, tu la vois!
Mais c’est pour la première et la dernière fois!
Roland, tu m’as trahie! Roland, tu m’as perdue!
Regarde-moi pour la dernière fois! Hélas!

En el cuarto acto, Esclarmonde rememora y se lamenta por la violación al voto de silencio de Roland, antes de darse cuenta que está delante de su enfurecido padre.

D’une longue torpeur je sens que je m’éveille…
Ah! Je me souviens! Honte sans pareille!
Le prêtre! Les bourreaux! Roland perdu pour moi!
Les esprits à leurs mains cruelles m’ont ravie,
me ramenant vers l’île où je reçus sa foi!
Puis d’un profond sommeil je me suis endormie…
Hélas! En retrouvant la vie et la pensée,
je te retrouve, ô souvenir
d’une félicité passée
qui ne doit plus jamais revenir!
Ah! Plus notre hymen avait de charmes,
plus je dois répandre de larmes
sur le bonheur que j’ai perdu.
Hélas! Hélas!

En 1871, Alfred Blau descubrió en la biblioteca de Blois un cuento medieval caballeresco titulado Parthénopéus de Blois, escrito alrededor del siglo XII por Denis Pyramos, sin embargo, el nombre de Esclarmonde proviene de una chanson de geste de un siglo más tarde titulada Huon de Bordeaux. Blau realizó el borrador en prosa, al que título como Pertinax y fue Louis de Gramont quien la llevaría a verso. Rechazada por el compositor belga François-Auguste Gevaert, fue Jules Massenet quien se quedó con el libreto, sin embargo, las circunstancias en las que esto ocurrió permanece aún en misterio.

Era la primavera de 1887 cuando Massenet conoció a una mujercilla de 22 años llamada Sibyl Sanderson. Norteamericana de nacimiento pero asentada en Paris, Sanderson había demostrado su valía como cantante de ópera con un amplísimo rango vocal, y quizá fue esto lo que motivó a Massenet a darle forma a Esclarmonde de una buena vez, completándola a finales de 1888 e inmediatamente comenzaron los ensayos para su estreno en la Opéra-Comique. Dicho evento marcaría la apertura de la Exposición de Paris en 1889. La prèmiere resultó todo un éxito.

El reparto de la prèmiere estaba compuesto de la siguiente manera:

Esclarmonde, hija del emperador: Sibyl Sanderson
Parséïs, su hermana: Orea Nardi
Roland, Conde de Blois: Frédéric-Étienne Gibert
Énéas, caballero prometido a Parséïs: Gustave Prosper Herbert
El obispo de Blois: Max Bouvet
Phorcas, emperador de Bizancio: Émile-Alexandre Taskin
Cléomer, rey de Francia – Auguste-Acanthe Boudouresque hijo

A pesar de su éxito clamoroso, Esclarmonde pronto fue destinada al olvido, siendo nuevamente representada hasta 1923, mucho tiempo después de las muertes de Sanderson y Massenet, convirtiéndose en una ópera rara vez llevada a escena y parece que su suerte no ha cambiado mucho desde entonces.

Lo mismo ocurre con las grabaciones comerciales existentes de ésta ópera, reduciéndose prácticamente a dos: la célebre grabación con Richard Bonynge dirigiendo a La Stupenda Joan Sutherland y Jaume Aragall editada por la DECCA y otra dirigida por Patrick Fournillier dirigiendo a Denia Mazzola Gavanezzi y José Sempere editada por France Telecom, sin embargo es la primera la de indiscutible referencia (además de que es la única que su servidor ha escuchado).

Joan Sutherland no solo canta con gran maestría y gusto el difícil papel de Esclarmonde, sino que verdaderamente ofrece una reproducción fiel de la partitura de la emperatriz y hechicera de Bizancio, dando saltos y trinos y llevando su voz al forte, casi pasar de una Lakmé a una Isolde y pasar por una Lucia, todo en una misma ópera, lo único reprochable es su pobre dicción en francés, un problema también presente en otras grabaciones. Jaume Aragall asume el también espinoso papel para tenor; Roland exige que el cantante vaya de extremo a extremo de su extensión vocal. El reparto lo completan Huguette Tourangeau (que nunca me ha gustado ese excesivo metal artificial en su voz) como Párseis y Clifford Grant como Phorcas. La grabación la realizaría un año después de haber debutado el papel en la Ópera de San Francisco y que además, se daría el lujo de pasear dicho rol por diversos teatros, siempre a la batuta de Bonynge.

La grabación que ofrezco, a modo de ilustración, es una grabación realizada en directo desde el Teatro Regio di Torino, Italia, en noviembre de 1992 con Alexandrina Pendatchanska como Esclarmonde (¡debutando dicho papel a la impresionante edad de 22 años!), acompañada del tenor Alberto Cupido como el caballero Roland, Nicle Bandera como su hermana Parséïs y el bajo italiano Michele Pertusi como el viejo emperador Phorcas. Es increíble que una jovencita de 22 años en aquel entonces pudiera realizar la lectura de un papel tan difícil, y sin embargo, Pendatchanska sale triunfante. Cupido por momentos se le escucha calado y abierto en los águdos, hay que entender que Roland es un rol prácticamente incantable. Cumplidores se muestran el resto.

Pendatchanska como Esclarmonde

Parte 1 Parte 2 y Parte 3

Published in: on octubre 5, 2010 at 9:19 am  Comments (2)